¿Más dinero o más tiempo?

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No cabe la menor duda de que el dinero es necesario, pero también lo es el tiempo. 

Nos pasamos la mayor parte de la vida, buscando, pensando, soñando, deseando tener más dinero. Cuando nuestro tiempo se acaba, es cuando dejamos el capital conseguido a los herederos y se pierden para siempre aquellos besos sin dar, esas palabras sin decir, las sonrisas sin mostrar, las sensaciones y sentimientos sin sentir y hasta en algunos casos una vida sin vivir. 

Es  ese momento en el que el dinero da igual y sólo importa el tiempo que perdimos. ¿No le parece curioso que el único momento, en el que se valora nuestro tiempo por encima del dinero, sea el día de nuestra muerte? 

Desconocemos el tiempo que poseemos pero pensamos como ricos. Creemos tener el suficiente como para poder perderlo, o como para dejar que nos lo roben o también como para desperdiciarlo sin más. ¿Acaso va tirando su dinero? ¿Deja que se lo roben? ¿Lo desperdicia? Entonces ¿Por qué hacemos todo esto con nuestro tiempo, con nuestra vida? 

Mi única pretensión con estas palabras, es que tanto usted como yo, empleemos  unos segundos para pensar en que al igual que administramos nuestro dinero para poder vivir, debemos vivir para poder administrar correctamente nuestro tiempo.