A lo largo de estos días se suceden los festivales de fin de curso. A mi como profesor de SpeakClass en varios colegios, me toca asistir a unos cuantos.
Es un poco contradictorio porque a la vez que manifiesto mi alegría por las prontas vacaciones de verano, siento un profunda pena por la despedida de los alumn@s. No son palabras huecas, no lo digo por decir, es muy cierto porque lo siento así. Después de una temporada en la que han compartido contigo sus enfados, sus alegrías, sus baches, sus avances,... Se les termina por coger mucho cariño. Y es, en estos días cuando en los salones de actos, en estos festivales de cierre de curso, compruebas que tu esfuerzo y el de ellos ha merecido la pena. Ves como el más tímido se enfrenta a un escenario repleto de público y vence sus miedos. Te emocionas cuando una alumna se queda en blanco, y llora, pero se crece con el aplauso del público. Te ríes con las ocurrencias del más lanzado. Te sorprendes con aquella alumna tan calladita y parada cuando "se viene arriba" en un momento de tensión.
Si algún genio de la lámpara está leyendo estás palabras, le quiero pedir dos deseos: El primero; Que en un futuro, no muy lejano, utilicen todo lo que les he enseñado y les ayude a lograr sus metas. El segundo es menos importante, pero si es posible, me encantaría que los alumnos, se acuerden de aquel profesor un poco "chapas", que se esforzó mucho en ayudarles a buscar su camino, para encontrar su sitio. Mostrándoles como romper barreras y eliminar miedos absurdos. Recordándoles que en el puzzle de la vida son fáciles de manipular las piezas cuadradas, por eso hay que luchar y formarse para ser un polígono de muchos lados, irrepetible, único y exclusivo.
Gracias por este año chic@s y mucha suerte ;-)
