jueves, 7 de junio de 2012

LA PITADA, FUTBOL Y PONCIO PILATOS

En aquel tiempo Poncio Pilatos, prefecto de Jerusalén, debía seguir la tradición en Pascua que permitía el indulto a un preso sentenciado a muerte mediante aclamación popular… El pueblo manipulado por los sumos sacerdotes y los escribas, a gritos, pitos y demás eligió a Barrabás. El resto de la historia la estamos sufriendo hoy en día. ¿Qué es lo importante de esta nuestra historia la pitada selectiva y liberadora o la manipulación de aquellos que movilizaron a las masas? Si el pueblo entero de Jerusalén hubiese elegido sin ningún tipo de manipulación previa, con la libertad que requería esa tradición de Pascua, la historia seguro que sería otra, Barrabás no hubiese sido elegido para disfrutar de la libertad. Pero vamos más allá, supongamos que sin manipulación alguna, sin coartar la libertad de expresión del pueblo individual e independiente y sin la presencia de los sumos sacerdotes y los escribas, supongamos, que el pueblo decidiera pitar, gritar y elegir liberar Barrabás. “La historia más grande jamás contada” hubiese terminado ahí. El pueblo decidió libre y hay que suponer que el mensaje y trabajo del hijo de DIOS no fue entendido o bien explicado en esta hipótesis. Por lo tanto la figura que marca la diferencia son “los sumos sacerdotes y los escribas” aquellos que manipulan, utilizan a las masas para su propio beneficio. No se debe culpar a todo un pueblo porque ellos también son víctimas, víctimas de una gran manipulación dictatorial e inquisidora. No se debe suspender el partido en el calderón, hay que localizar y denunciar a “los sumos sacerdotes y los escribas” para que nos dejen disfrutar de nuestra libertad.